EL FINAL DEL NAZISMO |
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la batalla de berlín durante la segunda guerra mundial |
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Desde la seguridad de su búnker en el centro de la ciudad, Hitler no podía ver cómo Berlín era brutalmente sometida por el Ejército Rojo. En las calles por las que antes desfilaron orgullosas las topas del Tecer Reich, ahora se luchaba con desesperación para detener sin éxito el avance de los rusos. |
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Según el alto mando militar nazi, Berlín iba a ser la tumba del Ejército Rojo. Pero no fue así. Mientras Hitler se refugiaba en su búnker y perdía por completo la noción de la realidad, el Tercer Reich que debía de durar mil años carecía de los medios necesarios para hacer frente a lo que se le venía encima. El papel que jugaron las tropas soviéticas en la derrota de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial fue para los rusos uno de los momentos más memorables de su historia. La operación, que duró poco más de dos semanas, se llevó a cabo cuando ya la capital de Alemania se hallaba reducida a escombros a causa de los bombardeos aliados. RESISTIR AL PRECIO QUE SEAPara quienes habían estado en el frente de batalla (y que ahora se encontraban inválidos o heridos), las detonaciones que se escuchaban en la periferia de la ciudad aquel 19 de abril de 1945 sonaban de manera distinta. Y tenían razón. Aquel sonido se debía a los obuses de la artillería de campaña y no a las bombas a las que los tenía acostumbrados la aviación aliada. Eso solo podía significar una cosa: Berlín ya estaba al alcance de los cañones soviéticos, lo que provocó que la población, entre asombrada y aterrorizada, se preguntara cómo habían llegado a ese punto. A pesar de la superioridad de los atacantes y de que el desánimo se había apoderado de las tropas alemanas, las órdenes de Hitler eran claras: había que resistir hasta el final. El Führer, refugiado en su búnker junto con otros jerarcas nazis, como Martin Borman, Albert Speer o Joseph Goebbels, no quería ni oír hablar de rendición. En su locura estaba dispuesto a sacrificar inútilmente a toda la población de Berlín. En aquellas dramáticas circunstancias, rendirse y alzar la bandera blanca era castigado con la muerte y quien desertaba o se escondía para evitar el combate era colgado.
Los rusos ofrecieron una breve pausa tras el empuje de las divisiones panzer sobre el río Óder. Pero la inesperada tregua no fue aprovechada para preparar concienzudamente la defensa de la ciudad. A pesar de no disponer de fuerzas suficientes para la defensa (tan sólo se contaba con algunas unidades antiaéreas de las SS y de la milicia popular volkssturm), se decidió no emprender ninguna obra de fortificación. Además se prohibió que los trenes de refugiados se detuvieran en Berlín para no dañar la moral de la población y evitar así una más que probable situación de pánico.
INEFICACES Y TRAIDORESAunque envejecido y con paso vacilante, el Führer seguía imponiendo su voluntad sobre quienes le rodeaban. Promulgó duras directrices, como las Medidas de destrucción en el territorio del Reich, conocida también como la Orden Nerón, por la que se establecía una política de tierra quemada ante el enemigo. Sumido en largas divagaciones, Hitler alternaba episodios de buen humor con explosivos estallidos de cólera contra todo y contra todos, en especial contra sus generales, a los que tachaba de ineficaces y de traidores. Desde su traslado al búnker de la Cancillería había perdido la noción del tiempo y no resultaba extraño que las reuniones con sus ayudantes fueran convocadas a horas intempestivas. Sería en una de ellas cuando, angustiado por no haber aplicado las oportunas medidas para defender Berlín, destituyó al general Guderian como Jefe del Estado Mayor y lo sustituyó por el general Hans Krebs.
El 20 de abril de 1945, fecha del 56 cumpleaños de Adolf Hitler, los aviones B-17 estadounidense y los Lancaster británicos le felicitaron bombardeando el centro urbano de Berlín y pulverizando numerosos edificios. Se forzó la evacuación de dos mil berlineses y la ciudad quedó definitivamente sin electricidad. |
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En la reunión del 22 de abril, alguien alabó ante Hitler la excelente labor del 12º Ejército comandado por el general Walther Wenck, que luchaba contra los norteamericanos en Magdeburgo. Al oír la noticia, los temblores que aquejaban al Führer desaparecieron. En uno de sus habituales cambios de humor pareció haber encontrado la solución: el general Wenck giraría sobre sí mismo y socorrería Berlín. Los soviéticos se desangrarían ante la capital y el curso de la guerra cambiaría. Pero Wenck no pudo conseguir su objetivo, ya que la empresa superaba la capacidad de sus fuerzas y nunca logró establecer un pasillo de seguridad entre la capital y el resto del Reich. Berlín estaba cercada y agonizaba. EL FIN DE HITLER Y LA CAÍDA DE BERLÍNCon el general Helmuth Weidling al mando como comandante de la defensa de Berlín, se intentó establecer una defensa operativa, pero Weidling tan sólo podía contar con tropas en descomposición, como las del general español Miguel Ezquerra. Junto a miembros del volkssturm, las Hitlerjugend y la policía, construyeron inútiles barricadas con tranvías, animados por las pintadas que hablaban de resistencia y victoria. Weidling organizó su mermada resistencia mientras los proyectiles soviéticos caían sobre el mismo centro de la capital.
Contra todo pronóstico, la ciudad resistió más allá de sus fuerzas, con la determinación del que sabe que no tiene otra opción. Pero en su defensa poco pudieron hacer el heroísmo suicida de los jóvenes nacionalsocialistas o la brutalidad de los comandos werwolff. Uno a uno, los barrios de Berlín fueron ocupados por los soviéticos, mientras la población civil se refugiaba en los túneles del metro invadidos por el humo. Como última medida se decidió volar los diques que separaban el canal de Landwehr de las líneas del suburbano para impedir que los rusos pudieran avanzar por su interior. Pero la suerte de Berlín estaba echada. |
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La tarde del 30 de abril de 1945, un disparo de revólver procedente del dormitorio del Führer rompió el silencio del búnker. Tras haber ingerido una cápsula de cianuro, Hitler se acababa de pegar un tiro. Junto a él, su esposa, Eva Braun, yacía sin vida en el sofá. Los oficiales trasladaron los dos cuerpos hasta el jardín de la Cancillería, una operación complicada debido a los continuos bombardeos soviéticos. Tras arrojar los cadáveres a una fosa previamente excavada les prendieron fuego. Acto seguido, y mientras los restos del líder alemán se consumían entre las llamas, en el exterior Goebbels, Bormann, Burgdorf y Krebs realizaron el último saludo nacionalsocialista en su honor. De esta manera, Adolf Hitler, el fundador del Tercer Reich, desaparecía para siempre. | ||
Miembros del ejército soviético contemplan una estatua caída de un águila imperial con una esvástica tras su victoria en Berlín | ||
PILLAJE Y VIOLACIONESEl 2 de mayo, al término de la batalla, muchos seguidores del régimen, entre los que se contaban numerosos SS, prefirieron suicidarse antes que caer en poder de los soviéticos. Tras la victoria vino el pillaje. Los soldados rusos, procedentes la mayoría de las estepas y las montañas del Cáucaso, nunca habían visto nada parecido a la elegancia de Berlín. Robaban todo lo que podían: gramófonos, joyas, mecheros, ropa... Pero lo más buscado eran los relojes de pulsera, que les fascinaban. También les atraían los retretes con cisterna, las bicicletas, las bombillas... Todo lo que no robaban, lo destruían. Tras el pillaje empezaron las violaciones masivas, un tema del que se habló poco durante la Guerra Fría. Los medios rusos tradicionalmente calificaron estos hechos como "inventos" de Occidente, aunque muchas de las pruebas proceden del diario de un soldado soviético llamado Vladimir Gelfand, un joven teniente judío proveniente de la región central de Ucrania. |
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Se desconoce cuántas mujeres fueron violadas tras la caída de Berlín. Algunos historiadores hablan de unas cien mil. En cualquier caso, muchas de ellas se suicidaron o murieron a causa de la brutalidad con la que fueron tratadas. Las víctimas de las agresiones no sólo fueron jóvenes y adultas, también se ensañaron con niñas y ancianas. Las madres ocultaban a sus hijas para protegerlas y los hombres que intentaban evitar el ultraje generalmente lo pagaban con sus vidas. Las mujeres que se resistían recibían un tiro o un culatazo.
A las afueras de Berlín, a orillas del río Spree, se extiende el célebre parque Treptower, situado en la antigua Berlín Oriental, donde se alza la estatua de unos doce metros de alto de un soldado soviético con una espada en la mano y una niña alemana en la otra, pisoteando una esvástica rota. El monumento se realizó entre 1946 y 1949 como homenaje a los más de setenta mil soldados del Ejército Rojo que murieron en la batalla de Berlín. Su inscripción dice lo siguiente: "El pueblo soviético salvó a la civilización europea del fascismo". No obstante, muchos berlineses consideran hoy en día que, a causa del horror que se vivió en Berlín durante los días que siguieron a su caída, este memorial debería llamarse la "tumba del violador desconocido". |
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© Historia National Geographic
DAS ENDE DES NATIONALSOZIALISMUS |
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die schlacht von berlin im zweiten weltkrieg
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Aus
der Sicherheit seines Bunkers in der Innenstadt konnte Hitler nicht
erkennen, wie brutal Berlin von der Roten Armee unterworfen wurde. In
den Straßen, in denen einst die Topas des Tecer-Reiches stolz
vorgeführt wurden, kämpften sie nun verzweifelt darum, den
Vormarsch der Russen erfolglos zu stoppen.
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nach Angaben des Oberkommandos der Nazis sollte Berlin das Grab der Roten Armee sein. Aber so war es nicht. Während Hitler in seinen Bunker flüchtete und den Begriff der Realität völlig verlor, fehlten dem Dritten Reich, das tausend Jahre dauern musste, die notwendigen Mittel, um sich dem zu stellen, was kommen würde. Die Rolle der sowjetischen Truppen bei der Niederlage von Nazideutschland während des Zweiten Weltkriegs war für die Russen einer der denkwürdigsten Momente in ihrer Geschichte. Die Operation, die etwas mehr als zwei Wochen dauerte, wurde durchgeführt, als die deutsche Hauptstadt aufgrund der alliierten Bombenanschläge bereits in Schutt und Asche gelegt wurde. WIDERSTEHEN UM JEDEN PREISFür diejenigen, die an der Front gewesen waren (und jetzt behindert oder verwundet waren), klangen die Detonationen am 19. April 1945 am Rande der Stadt anders. Und sie hatten recht. Dieses Geräusch war auf die Granaten der Feldartillerie zurückzuführen und nicht auf die Bomben, an die die alliierte Luftfahrt sie gewöhnt hatte. Das konnte nur eines bedeuten: Berlin war bereits in Reichweite sowjetischer Kanonen, was die Bevölkerung zwischen erstaunt und verängstigt veranlasste, sich zu fragen, wie sie zu diesem Punkt gekommen war. Trotz der Überlegenheit der Angreifer und der Entmutigung, die die deutschen Truppen ergriffen hatte, waren Hitlers Befehle klar: Wir mussten bis zum Ende Widerstand leisten. Der Führer, der zusammen mit anderen Nazi-Hierarchen wie Martin Borman, Albert Speer oder Joseph Goebbels in seinem Bunker versteckt war , wollte nicht einmal von Kapitulation hören. In seinem Wahnsinn war er bereit, die gesamte Berliner Bevölkerung nutzlos zu opfern. Unter diesen dramatischen Umständen wurde das Übergeben und Heben der weißen Flagge mit dem Tod bestraft, und wer verlassen oder versteckt war, um einem Kampf zu entgehen, wurde gehängt.
Die Russen machten nach dem Vorstoß der Panzerdivisionen über die Oder eine kurze Pause . Aber der unerwartete Waffenstillstand wurde nicht genutzt, um die Verteidigung der Stadt gründlich vorzubereiten. Trotz unzureichender Verteidigungskräfte (es gab nur wenige Flugabwehreinheiten der SS und der beliebten Volkssturm- Miliz ) wurde beschlossen, keine Befestigungsarbeiten durchzuführen. Außerdem war es Flüchtlingszügen verboten, in Berlin anzuhalten, um die Moral der Bevölkerung nicht zu beeinträchtigen und eine mehr als wahrscheinliche Paniksituation zu vermeiden.
INEFFEKTIV UND VERRÄTERISCH
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Beim Treffen am 22. April lobte jemand Hitler für die hervorragende Arbeit der 12. Armee unter der Führung von General Walther Wenck, der in Magdeburg gegen die Amerikaner kämpfte. Als ich die Nachricht hörte, verschwand das Zittern des Führers. In einer seiner üblichen Stimmungsschwankungen schien er die Lösung gefunden zu haben: General Wenck würde sich selbst anmachen und Berlin helfen. Die Sowjets würden in der Hauptstadt verbluten und der Verlauf des Krieges würde sich ändern. Wenck konnte sein Ziel jedoch nicht erreichen, da das Unternehmen über die Kapazitäten seiner Streitkräfte hinausging und es nie gelang, einen Sicherheitskorridor zwischen der Hauptstadt und dem Rest des Reiches einzurichten. Berlin war eingezäunt und starb. HITLERS ENDE UND DER FALL BERLINSMit General Helmuth Weidling als Kommandeur der Berliner Verteidigung wurde versucht, eine operative Verteidigung aufzubauen, aber Weidling konnte nur mit der Zersetzung von Truppen wie denen des spanischen Generals Miguel Ezquerra rechnen. Zusammen mit Mitgliedern des Volkssturms , der Hitlerjugend und der Polizei bauten sie nutzlose Barrikaden mit Straßenbahnen, die von den Graffiti belebt wurden, die von Widerstand und Sieg sprachen. Weidling organisierte seinen verminderten Widerstand, als sowjetische Granaten im Zentrum der Hauptstadt landeten.
Trotz aller Widrigkeiten widerstand die Stadt mit der Entschlossenheit derer, die wissen, dass sie keine andere Wahl haben. Zu ihrer Verteidigung konnten sie jedoch wenig gegen den Selbstmord-Heldentum der jungen Nationalsozialisten oder die Brutalität der Werwolff-Kommandos tun . Nacheinander wurden die Berliner Stadtteile von den Sowjets besetzt, während die Zivilbevölkerung in den von Rauch befallenen U-Bahn-Tunneln Zuflucht suchte. Als letzte Maßnahme wurde beschlossen, die Deiche, die den Landwehrkanal von den Vorortlinien trennten, in die Luft zu jagen, um zu verhindern, dass die Russen in ihn vordringen. Aber Berlins Glück war besetzt. |
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Am Nachmittag des 30. April 1945 durchbrach ein Revolver aus dem Schlafzimmer des Führers die Stille des Bunkers. Nachdem Hitler eine Cyanidkapsel eingenommen hatte, hatte er sich gerade selbst erschossen. Neben ihm lag seine Frau Eva Braun leblos auf dem Sofa. Die Offiziere verlegten die beiden Leichen in den Garten der Kanzlei, eine komplizierte Operation aufgrund des anhaltenden sowjetischen Bombardements. Nachdem sie die Leichen in ein zuvor ausgegrabenes Grab geworfen hatten, zündeten sie sie an. Unmittelbar danach und während die Überreste des deutschen Führers in den Flammen verzehrt wurden, hielten Goebbels, Bormann, Burgdorf und Krebs im Ausland den letzten nationalsozialistischen Gruß zu seinen Ehren. Auf diese Weise verschwand Adolf Hitler, der Gründer des Dritten Reiches, für immer. |
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Angehörige der Sowjetarmee blicken nach ihrem Sieg in Berlin auf eine gefallene Statue eines Kaiseradlers mit Hakenkreuz |
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PLÜNDERUNGEN UND VERGEWALTIGUNGEN
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Es ist nicht bekannt, wie viele Frauen nach dem Fall Berlins vergewaltigt wurden. Einige Historiker sprechen von hunderttausend. Auf jeden Fall begingen viele von ihnen Selbstmord oder starben an der Brutalität, mit der sie behandelt wurden. Die Opfer der Angriffe waren nicht nur jung und alt, sie tobten auch gegen Mädchen und alte Frauen. Mütter versteckten ihre Töchter, um sie zu beschützen, und Männer, die versuchten, Empörung zu vermeiden, bezahlten dies im Allgemeinen mit ihrem Leben. Frauen, die sich widersetzten, erhielten einen Schuss oder einen Hintern.
Am Stadtrand Berlins, am Ufer der Spree, befindet sich der berühmte Treptower Park im ehemaligen Ostberlin, in dem die etwa zwölf Meter hohe Statue eines sowjetischen Soldaten mit einem Schwert in der Hand und einem Mädchen steht Deutsch in der anderen, trampelt auf einem kaputten Hakenkreuz. Das Denkmal wurde zwischen 1946 und 1949 als Hommage an die mehr als siebzigtausend Soldaten der Roten Armee errichtet, die in der Schlacht von Berlin starben. Die Inschrift lautet wie folgt: "Das sowjetische Volk hat die europäische Zivilisation vor dem Faschismus gerettet." Doch viele Berliner heute glauben , dass, weil der Schrecken in Berlin in den Tagen nach seinem Sturz, sollte dieses Denkmal das „Grab des unbekannten Vergewaltiger“ bezeichnet werden. |
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